- 18 de enero de 2016
El éxito de un buen negocio depende de la elección acertada del proveedor
La cuestión es, ¿cómo sabemos cuál es el proveedor perfecto?
"Los mercados entienden al vendedor final como el responsable absoluto de sus cadenas de suministro, hay que conocer a los proveedores fundamentalmente por dos áreas principales: minimizar riesgos inherentes a las compras y maximizar oportunidades", explica Jorge Heras, director de la región Latinoamérica y Sur de Europa de Achilles, compañía especializada en proporcionar información exhaustiva, cualificada y actualizada acerca de proveedores.
Tradicionalmente, la figura del distribuidor tenía limitada su actividad a la prestación de un servicio o al suministro de un determinado bien, intentando alcanzar una buena relación calidad-precio. No obstante, este enfoque ya no es el mismo que antaño. "Se están agregando nuevos criterios, con cada vez mayor peso en la toma de decisiones", indica Heras, quien enumera valores que coincidan con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), la seguridad laboral o la estrategia en I+D.
Al mismo tiempo, un buen proveedor es aquel que cumple con los plazos establecidos, con el marco regulatorio vigente y con los estándares de calidad, puesto que estos aspectos repercuten en el resultado final.
Posibles peligros
Hay sectores que están más expuestos que otros a los riesgos de elegir un mal proveedor. Tal es el caso de las cadenas de alimentación, las marcas de ropa o las empresas de automoción. En el primero de los casos, es especialmente relevante, ya que existe también un riesgo con la calidad del producto. "Dentro de la cadena de suministro, tienen que hacer pruebas adecuadas a los productos para ver si cumplen las especificaciones necesarias y de acuerdo a los protocolos y leyes", explica Pepe Valderrama, presidente de Fullstep, compañía que ayuda a las empresas a través de la tecnología a conocer mejor a un proveedor.
La mala calidad es una consecuencia final de escoger mal al proveedor, pero también que la reputación de la empresa quede dañada, especialmente cuando las redes sociales se convierten en eco de las críticas. "Siempre ha habido riesgo de interrupción de suministros, de mala calidad, etc. Pero ahora esos riesgos reputacionales han subido mucho de nivel", cuenta el presidente de Fullstep.
No obstante, los expertos aseguran que una empresa que identifica y actúa rápido un problema derivado de un proveedor, puede conseguir minimizar el daño que pueda hacer a la compañía.
FUENTE: EL ECONOMISTA