- 4 de abril de 2016
Las empresas que inviertan en Cuba tendrán 8 años de 'vacaciones fiscales'
El deshielo de las relaciones entre EEUU y Cuba dio el pistoletazo de salida a la apertura económica del país caribeño. Este proceso, lento y lleno de dificultades, da un gran salto con la presencia de Barack Obama en La Habana. Es la primera vez que un presidente de EEUU visita la isla desde que lo hiciera el republicano Calvin Coolidge en 1928, mucho antes de que Fidel Castro comenzase a gobernar en 1959.
Más allá de su enorme dimensión política, la paulatina apertura al exterior de Cuba tiene importantes implicaciones económicas. El Gobierno cubano muestra ahora una decidida vocación por atraer la inversión extranjera para disminuir el gran número de importaciones del país, desarrollar nuevas fuentes de empleo, tener acceso a nuevas tecnologías y obtener los aportes financieros que, como consecuencia del bloqueo de EEUU, tiene en gran medida vetados.
Desde la aprobación, en marzo de 2014, de una nueva Ley de la Inversión Extranjera, se ha abierto la veda a un gran número de oportunidades de inversión, en sectores como el transporte, el turismo, la energía, la sanidad o las telecomunicaciones. Los principales países del mundo se han lanzado a una frenética carrera por colocar a sus empresas como candidatas a los proyectos que se van a llevar a cabo.
Las autoridades cubanas aseguran que el país necesita una inversión extranjera aproximada de unos 2.245 millones de euros al año para sostener su desarrollo económico.
Para potenciar estas inversiones, el Ejecutivo cubano ha aprobado una serie de incentivos fiscales a las empresas que decidan invertir en el país, fundamentalmente a través de empresas mixtas con compañías locales o por la vía de las asociaciones económicas internacionales, pero también en proyectos con capital 100% extranjero, de forma excepcional. Un estudio recopila y analiza todos estos incentivos por primera vez. El informe, titulado Cuba: estímulos fiscales a la inversión extranjera, al que ha tenido acceso EXPANSIÓN, es el primero que se publica en España sobre la materia. Lo han elaborado José López Berenguer, profesor emérito de Derecho Civil, Mercantil y Tributario, y Rafael Hormigo Yagüe, socio del Bufete Schüller, Hormigo y Asociados, con la colaboración de Carlos Alejandro Pérez Inclán, profesor de Derecho Financiero de la Universidad de La Habana.
En el documento se detallan los principales tributos cubanos y los beneficios fiscales a los que pueden acceder las empresas extranjeras que desembarquen en el país. El principal es una exención de 8 ó 10 años en el Impuesto sobre Utilidades, equivalente al de Sociedades en España.
Cabe recordar que España y Cuba tienen un convenio para evitar la doble imposición, con lo cual se evitan muchos de los problemas que pueden tener los contribuyentes que obtengan rentas en ambos países, ya que sólo se tributa en uno de ellos.
Además, Cuba creó en 2013 la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, donde las empresas tendrán más incentivos fiscales que en el resto del país. Esta localización cuenta con el puerto de contenedores más moderno del entorno -preparado ya para los buques Post Panamax, los más grandes del mundo, que necesitan más profundidad que los 12,5 metros del Canal de Panamá-.
Impuesto sobre Utilidades (Sociedades)
La Ley de la Inversión Extranjera exime del pago del Impuesto "a las empresas mixtas y a las partes en contratos de colaboración económica internacional por un período de ocho años a partir de su constitución". Este plazo será prorrogable. Una vez vencida la exención, las empresas que inviertan en Cuba pasarán a a tributar por un tipo reducido del 15%, 20 puntos por debajo del tipo general del impuesto, que asciende al 35%. Eso sí, cuando se trate de la explotación de recursos naturales, renovables o no, puede aumentarse el tipo hasta el 50%. Ese incremento de la tributación "persigue evitar que los recursos naturales [minas, canteras, hidrocarburos, aguas terrestres, el viento y la luz solar, sobre todo] se extingan, con el grave perjuicio que ello supone para el país", reza el informe. En la Zona de Mariel, las empresas tendrán unas vacaciones fiscales en el Impuesto sobre utilidades de 10 años, dos más que en el resto de la isla. Además, después tributarán al 12%, tres puntos menos que el resto.
La reinversión de beneficios está completamente exenta, para que "los beneficios obtenidos por las empresas se reinviertan en Cuba evitando su uso improductivo o su salida al exterior".
Impuesto Aduanero
"Se establece una exención arancelaria de todos los equipos, maquinarias y otros medios que se vayan a importar a Cuba y se destinen al proceso inversionista de las empresas", explica Rafael Hormigo. "Por ejemplo, si se instala una fábrica de quesos en el Mariel [caso real actual], la maquinaria para procesar la leche, los tanques, etcétera... entrarían en Cuba sin pagar aranceles", agrega. ¿Por qué? Porque esos bienes van a ser activos de la empresa. Mientras que, por ejemplo, cualquier insumo que introduzca esa empresa en el país para elaborar algunos productos sí pagará aranceles, ya que no es un bien circunscrito a la inversión.
Impuesto sobre los Ingresos Personales (Equivalente al IRPF)
La Ley de Inversión Extranjera dispone, en su artículo 35, que "se exime del pago del Impuesto (...) a los inversores extranjeros socios en empresas mixtas o partes en contratos de asociación económica internacional, por los ingresos obtenidos por los dividendos o beneficios del negocio". Es decir, los dividendos cobrados por los socios de las empresas mixtas que se creen en Cuba no tributarán. En España se paga un 21%.
Impuesto sobre las Ventas
Este tributo grava el conjunto trimestral de las ventas mayoristas, por un lado (con un tipo del 2%), y las minoristas (con un tipo del 10%). El Gobierno castrista ha aprobado "una exención durante el primer año de operación de la inversión". Además, se bonifican al 50% las ventas mayoristas, de manera que, una vez transcurrido el año de exención, tributarán al 1%, y no al 2%.
Impuesto sobre los Servicios
Este tributo grava los servicios que reciben las empresas inversoras, como el gasto telefónico, de comunicaciones, la electricidad, el arrendamiento, etcétera. El tipo impositivo es el 10%, que se aplica sobre el valor total de los ingresos que se obtengan, pero "se exime del pago de este impuesto, durante el primer año de inversión a las empresas mixtas y a los inversionistas nacionales y extranjeros partes en contratos de asociación económica internacional", como recuerda el informe. Transcurrido dicho plazo se entiende que disfrutarán de una bonificación del 50%.
Impuesto por la Utilización de la Fuerza de Trabajo
Se tributa por "la utilización de fuerza de trabajo remunerada". No tiene equivalente en el sistema tributario español, ya que los contratos se firman con la empresa cubana de empleo, no con los trabajadores. El tipo impositivo varía entre el 20% (durante el primer año) y el 5% (desde el quinto). Cuba exime a las personas naturales (físicas) del pago del impuesto "por la contratación de hasta cinco trabajadores". A partir del sexto ya no hay exención y se tributaría por el tipo nominal.
Turismo, alimentación y energía, las grandes oportunidades de negocio
El Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera va actualizándola Cartera de Oportunidades de Cuba. El número de negocios que contiene asciende a 326, la mayoría de ellos centrado en los sectores turísticos, en el petróleo, el agroalimentario, la industria, el transporte y la construcción. "Cuba ha querido de alguna manera poner cierto orden en el flujo de la inversión que esperan recibir.
De hecho, les piden a las empresas interesadas un estudio de prefactibilidad, el equivalente de un business plan, para analizar si el negocio que se va a montar tiene lógica y visos de prosperar y mantenerse en el tiempo", apunta Rafael Hormigo, abogado especializado en negocios con Cuba.
Éste apunta que el Ejecutivo de La Habana tiene un especial interés en "los inversores que quieran producir productos que Cuba está importando ahora". Por ejemplo, el sector de los envases y embalajes. "Todos los envases de las cervezas y los refrescos los tienen que importar en contenedores", agrega, evidenciando el filón que se abre en este campo. Y las inversiones prioritarias serán las primeras en aprobarse, apunta Hormigo, quien añade que "Cuba se siente cómoda con recibir inversión de empresas españolas, porque han sido 'leales' al país desde hace tiempo".
Las inversiones se vuelven aún más atractivas por los abundantes incentivos fiscales. Incluso en los sectores más protegidos, como la explotación de los recursos naturales y la protección del medio ambiente se han establecido bonificaciones fiscales, como mínimo del 50%. En todo caso, Rafael Hormigo, coautor del informe 'Cuba: estímulos fiscales a la inversión extranjera' lanza una advertencia: "Los cubanos quieren que se hagan las cosas poco a poco, ordenadamente y con sus métodos propios. No quieren empresarios que vayan a hacer negocios puramente especulativos".
FUENTE: EXPANSION